La suerte es un conformismo, es no animarse a luchar hasta las ultimas consecuencias. Es cobardía y siempre un engaño al orgullo propio, ya sea por no tener la fortaleza de aceptar una derrota o bien por tener la debilidad de no seguir buscando la respuesta.
La suerte es una pseudo-respuesta y la creemos la respuesta, es el atajo mas fácil para huir de lo desconocido.
Y que es mas digno de buscar que lo que aun no se conoce?
Lo desconocido es lo menos buscado, en general no buscamos lo desconocido o al menos intentamos con todas las fuerzas “encajar” eso que no sabemos que es, en alguna categoría que nuestra capacidad de asombro tolere y acepte. Y así “funcionamos”, creyendo que es meritorio descubrir lo que nos hemos convencido (vaya a saber por que) que debemos descubrir. De esa manera la suerte soluciona el resto, nos da la respuesta mas cómoda y simple si algo escapa y nos mueve el mundo de verdad.
El azar no es mas que una definición, es el nombre que le hemos puesto a eso que no comprendemos, a aquello que resulta tan complejo o inabarcable que no podemos conocer y entender sus causas; (que lógicamente existen) y por lo tanto no podemos controlar.
En esto como en todo hay grados; la suerte a veces enmascara la carencia de voluntad para buscar esas causas, a veces la imposibilidad de hacerlo o bien la frustración por haberlo intentado y no llegar a lograrlo.
Pero quizás la importancia radique mas que nada no en negar la suerte o no utilizarla sino en ser concientes de su origen, su función y lo paralizante que resulta la mayoría de las veces.
martes, 28 de octubre de 2008
...que no esten cargados...
La suerte es una excusa, una trampa del entendimiento, es un manotazo, un burdo intento por acomodar lo que no llegamos a controlar.
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