domingo, 12 de octubre de 2008

...uN pUnTo, UnA bUsQuEdA...

BuScAr....

Buscar es ya un destino, es un tiempo de espera ineludible; pero siempre el mas eludido. Buscar quizás ya sea encontrar, es sin dudas vivir, es sentir la vida haciéndonos temblar, erizar, soñar que somos eso que deseamos ser.
Buscar es aceptar, es aprehender a aprender de las desilusiones, dándonos cuenta que casi todas ellas son auto-desilusiones, son engaños que nosotros mismos nos hacemos para evitar algo, para convencernos de que ya somos eso que queremos y en gran medida para no aceptar o no asumir la búsqueda. Nos convencemos de que el mundo, las personas que queremos y hasta nosotros mismos somos un ideal, ese ideal que acomoda la aceptación y que facilita el día a día. Pero no. Eso es comodidad, eso es tomar los atajos, y la mayoría de las veces no llegamos a ninguna parte. Probablemente desde el primer día supimos o al menos sospechamos que algo hacia ruido en nuestro interior, que habían cosas que no estábamos viendo nada mas que por no quererlas ver; quizás siempre sentimos que esa persona nos iba a traicionar, que esa persona no era mas que lo que queríamos ver de ella. Pero infaliblemente llega el momento en que los atajos ya no sirven, en que la necesidad de verdad golpea tan desesperada nuestro pecho que no podemos tolerar mas el engaño. Y es ahí cuando todo cede, cuando nuestro techo cargado de fantasías se derrumba, porque las paredes hechas de mentiras y la falsedad se vuelan con un suave aleteo. Y ese es el precio…desazón y dolor… y se empiezan a desgastar nuestros cimientos. Pero la culpa es mas que nada nuestra, es tal vez en su totalidad culpa nuestra.
El mundo es como es, las personas son como son. El error es nuestro, es el error por no hacer mas que ajustar todo a nuestros ideales, y ellos no son mucho mas que una imagen nuestra, no son casi nada mas que deseos y sueños propios. No podemos amoldar el mundo y las personas a nuestros ideales, pero estoy convencido de que si llegará el momento en que simplemente no necesitemos eso, porque vamos a sentir que aquello que tanto deseamos esta ahí, contenido en nuestra mirada, en nuestra alma o en el calor de una abrazo.
Pero para ello debemos buscar, debemos aceptar la búsqueda sincera y sin atajos, debemos buscar sin engañarnos y sin evitar vivir, sin esquivar el dolor o el trabajo. Debemos buscar sin temor, sin hacer de esa búsqueda una obsesión.
Busquemos lo nuevo, lo “otro”, eso que nos conmueve y nos hace sentir vivos, sin imágenes falsas ni auto-engaños, sin querer obligarnos a aceptar que algo es lo que queremos para nuestras vidas si no es así, sin convencernos de que el mundo es como queremos que sea, sin proponernos siquiera entender a personas que siempre supimos como eran y seguirán siendo, mas allá de nuestro amor, de nuestro sufrimiento o nuestra entrega incondicional.. Porque la responsabilidad es nuestra, y esta en nuestra elección, esta en nuestro afán de búsqueda y en nuestra ambición de felicidad.
Busquemos sin cesar, desfrutemos buscar. En cada ínfimo y eterno momento de búsqueda no estaremos haciendo otra cosa que buscándonos a nosotros mismos. Por eso debemos estar fuertes, debemos querernos, valorarnos y sentir que cada momento es nuestro, que cada segundo es vida...

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